Para algunos el café hay que tomarlo amargo. Para que tenga todo y sólo su sabor. El sabor que vuelve de dentro, trago a trago, y se paladea. Desde lo más hondo de uno mismo. Marcados por el éxito de nuestros quehaceres, un café alivia y corona "la disgregación de cada día, las horas largas y nuestras costumbres vanas". Tal vez, sea también nuestra vida. Esa que tú y yo sabemos y que te invito a desgranar aquí.
Creo que Pinito del Oro era de Las Islas Canarias,si mi memoria no me traiciona.No se si se le siguen llamando las Islas Afortunadas.Por ahí está el Rastas de Podemos que le golpeó a un Policía.
Creo que Pinito del Oro era de Las Islas Canarias,si mi memoria no me traiciona.No se si se le siguen llamando las Islas Afortunadas.Por ahí está el Rastas de Podemos que le golpeó a un Policía.
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