Para algunos el café hay que tomarlo amargo. Para que tenga todo y sólo su sabor. El sabor que vuelve de dentro, trago a trago, y se paladea. Desde lo más hondo de uno mismo. Marcados por el éxito de nuestros quehaceres, un café alivia y corona "la disgregación de cada día, las horas largas y nuestras costumbres vanas". Tal vez, sea también nuestra vida. Esa que tú y yo sabemos y que te invito a desgranar aquí.
Pero éste hombre parece ser el que sustituyó a Echenique y va a ser padre pero aunque parece que él ha superado con humor su discapacidad,no permitiría tener un hijo como él,si no entiendo mal.
Pero éste hombre parece ser el que sustituyó a Echenique y va a ser padre pero aunque parece que él ha superado con humor su discapacidad,no permitiría tener un hijo como él,si no entiendo mal.
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